Estas croquetas son una alternativa original y sabrosa a las tradicionales. La zanahoria aporta un sabor dulce y suave, mientras que el queso derretido le da un toque cremoso irresistible. Son perfectas para aprovechar zanahorias que tengas en casa y gustarán tanto a niños como adultos. Aquí tienes los ingredientes:
- 2 zanahorias grandes.
- 1/2 cebolla.
- 2 cucharadas de aceite de oliva.
- 2 cucharadas de harina de trigo.
- 250 ml de leche.
- 100 g de queso rallado (emmental, cheddar o el que prefieras).
- Sal y pimienta al gusto.
- Nuez moscada (opcional).
- Pan rallado.
- 1 huevo.
- Aceite para freír.
Se empieza pelando y rallando finamente las zanahorias, y picando la cebolla muy pequeña. En una sartén amplia con un poco de aceite de oliva, se sofríe la cebolla a fuego medio hasta que esté transparente. Luego, se añade la zanahoria rallada y se cocina durante unos minutos, removiendo con frecuencia hasta que esté blanda y haya perdido parte de su humedad.
A continuación, se incorpora la harina y se remueve bien para que se integre con las verduras. Se deja que se cocine un par de minutos para eliminar el sabor a crudo. Luego se añade la leche poco a poco, sin dejar de remover, hasta conseguir una masa espesa y homogénea. Posteriormente, se agrega el queso rallado y se mezcla bien hasta que se derrita. Tras este paso, podemos sazonar con sal, pimienta y, si se desea, un toque de nuez moscada.
Una vez lista la masa, se deja enfriar a temperatura ambiente y luego se guarda en la nevera durante al menos dos horas para que coja consistencia. Después, se forman las croquetas con ayuda de las manos o dos cucharas, se pasan por huevo batido y pan rallado, y se fríen en aceite caliente hasta que estén doradas por fuera. ¡Buen provecho!
